Imágenes de Cristina Monreal de las lágrimas de la vid.
Leemos en la web de Vinos Vivanco que «las cepas, durante unos días, algo menos de una semana, comienzan a llorar, a gotear un líquido transparente parecido a nuestras lágrimas. Es el signo inequívoco de que comienza la brotación, que se inicia a finales de marzo y principios de abril»; aunque este año se ha adelantado en algunas explotaciones como la de nuestro amiga Cristina en Tomelloso.
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Es un fenómeno, no por habitual y reconocible, menos bello y que nos hace disfrutar de nuestro entorno un poco más.
Y, por supuesto, nos hace tener confianza y esperanza en la próxima campaña.


