El COPA-Cogeca ha lanzado un paquete de propuestas para paliar la actual crisis de mercados que algunos sectores como el lácteo o el porcino están sufriendo con especial virulencia.
De entre las ya repetidas hasta la saciedad, medidas de promoción de productos agrícolas o mejora de las condiciones de financiación, el COPA ha puesto sobre la mesa medidas más concretas y de un alcance en el corto plazo.
El COPA reclama entre otras cosas, el incremento de los precios de intervención de la leche, el restablecimiento de créditos a la exportación, la supresión de los aranceles a los fertilizantes o una ofensiva diplomática para lograr la reapertura del mercado ruso.
Parece que la Comisión está dispuesta a reestablecer algún tipo de crédito a la exportación al igual que la supresión total de los aranceles a los fertilizantes. Sin embrago, no es partidaria de incrementar el precio de intervención de la leche.
En cuanto a la reducción voluntaria y remunerada de la producción, la Comisión se encuentra entre dos frentes, el liderado por Francia partidario de esta medida y el de Irlanda y Reino Unido nada partidarios a reducir la producción lechera.
Con respecto al porcino, Francia también está liderando un conjunto de países que propugnan una nueva apertura del almacenamiento privado.
Grupo de trabajo y dialogo civil de azúcar
La semana pasada tuvo lugar en Bruselas el grupo de trabajo y dialogo civil del azúcar. El grupo debatió básicamente sobre la situación internacional del mercado azucarero, la demanda de China o la producción de caña en Brasil. En cuanto al precio del azúcar, este ha experimentado un ligero aumento en los últimos meses y se sitúa en torno a los 425 euros/tonelada, sin embrago no parece que esta tendencia alcista tenga demasiado recorrido debido a los grandes stocks existentes y a las buenas previsiones de cosecha en los principales países productores.
La Comisión y Canadá modifican el CETA (EU-Canada Comprehensive Economic and Trade Agreement
La Comisión Europea y el Gobierno de Canadá acordaron la semana pasada la modificación del sistema de arbitraje en caso de diferencias Estado-inversor (conocido por ISDS Investor-state dispute settlement).
Este sistema ciertamente llamativo permitiría establecer una jurisdicción paralela para los litigios entre Estados y empresas que afecten al contenido del acuerdo comercial. Como es normal, este mecanismo está siendo todo un quebradero de cabeza para las instituciones europeas hasta el punto que la Comisión ha visto la posibilidad de que la ratificación del CETA sea rechazada por el Parlamento Europeo por este asunto.
Ante esta situación, la Comisión y el nuevo Gobierno canadiense han modificado el acuerdo para introducir una serie de cláusulas que dejan a los Estados la posibilidad de seguir legislando y establece mecanismos judiciales internacionales de resolución de controversias en el marco de la OMC.
Esta modificación, de gran calado político y social ha llevado ya a algunos países europeos como Francia a solicitar el mismo sistema para el TTIP con el que se podría hacer perfectamente un «corta y pega».