Mientras que en la provincia de Cuenca son 2.000 personas, en la provincia de Ciudad Real se ha perdido una población de 3.454 personas. Sirvan estos dos ejemplos para comprobar que en la región son 6.176 personas menos en lo que va de año, lo que supone un descenso del 0,30 %; un dato de lo más preocupante no solo a nivel demográfico sino, sobre todo, a nivel social y del futuro de nuestros pueblos y zonas rurales.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Castilla-La Mancha y FADEMUR preocupan mucho los recientes datos publicados por el Instituto de Estadística debido a lo que suponen a nivel global y más si tenemos en cuenta que la región es eminentemente rural, agrícola y ganadera, lo que desemboca en un despoblamiento de nuestras zonas rurales y la necesidad de plantear soluciones urgentes para el futuro.
La organización rural ha demandado en varias ocasiones que se debe de garantizar a las familias que viven del sector agro unas buenas condiciones de vida en el medio rural a través del acceso a una adecuada formación, a las instalaciones sanitarias y al empleo para que puedan conseguir sus objetivos. Son solo algunas de las cuestiones preocupantes pero están provocando que muchos jóvenes no vean el futuro en el entorno rural como una realidad de futuro, “que tenga suficiente atractivo para motivar a los jóvenes a entrar en el sector y maximizar su potencial”, ha indicado Julián Morcillo, secretario general de UPA Castilla-La Mancha.
Son muchas las propuestas de UPA, y de la FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales) en la región relacionadas con la formación, las mejoras en el empleo, la dignificación y defensa del trabajo agrícola y ganadero; potenciar y facilitar el acceso de los jóvenes o mejorar la cotitularidad; así como otras normativas relacionadas con las cotizaciones a la Seguridad Social. En concreto, desde FADEMUR se propone una discriminación positiva en las cuotas a la Seguridad Social, creación de cupones familiares o reducciones, entre otras.
Las políticas de desarrollo rural son fundamentales. Mientras que la Política Agraria Común representa el 1% del gasto público de la UE, que permite garantizar el suministro de alimentos de calidad a precios asequibles para los consumidores, desde UPA CLM insisten en solicitar una dotación presupuestaria mayor, así como un fortalecimiento de la PAC.
Además de disponer de herramientas para gestionar mejor los riesgos de la inestabilidad de los mercados, que cada vez es mayor y cada vez condiciona más a agricultores y ganaderos, desde UPA inciden en otra de las demandas históricas de esta organización agraria: la demanda de precios más justos.
Por otra parte se está fomentando la adhesión a organizaciones de productores como las cooperativas para facilitar la comercialización de sus productos y obtener un mejor precio por ellos. Algunas de estas cuestiones ya las denunció la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos en la presentación del Anuario 2017 de la Agricultura Familiar que se convirtió en un alegato contra del despoblamiento, un problema “acuciante” según la Federación Española de Municipios y Provincias, que sitúa en 4.000 el número de municipios españoles en riesgo de extinción a corto y medio plazo.
Por su parte, desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha se denuncia de manera continuada la brecha salarial que sufren las mujeres en el entorno rural, al cual se añade la problemática para encontrar trabajo en los pueblos. Este problema laboral tiene su repercusión directa el despoblamiento rural causado principalmente por la falta de oportunidades para las mujeres.
Entre las trabas específicas que impiden a las mujeres desarrollarse en el medio rural se encuentra la masculinización de la actividad agraria, la invisibilización del trabajo de las mujeres rurales en ciertos sectores, su escasa representatividad en la toma de decisiones y los puestos de responsabilidad en el medio rural, sus dificultades para acceder a servicios y a las nuevas tecnologías.
Desde FADEMUR en la región se afirma que estas son las razones que añaden muchas dificultades para que las mujeres vivan en el medio rural y les impulsa a abandonar los pueblos, algo que habría que combatir con la integración igualitaria de las mujeres en la sociedad, entre otras medidas.